Hoy vamos a hablaros de una tendencia que venimos observando como profesionales que somos en Batega de creación de zonas cardioprotegidas: la instalación de desfibriladores de uso privado en comunidades de vecinos.
Desde el lanzamiento de nuestra página web hace ya más de diez años hemos recibido numerosas solicitudes de información para la instalación de desfibriladores en comunidades de vecinos, casi siempre motivadas por dar un servicio excelente a las comunidades de propietarios
Al fin y al cabo, una comunidad de vecinos es una representación a pequeña escala de nuestra sociedad cambiante, en la que se dan una serie de como el envejecimiento de la población, el sedentarismo, los malos hábitos alimentarios, etc. que desembocan en más episodios cardiovasculares.
A la hora de instalar un aparato desfibrilador en una comunidad de vecinos, vamos a centrarnos en dos factores clave, el mantenimiento y la formación.
La formación
Pese a que los desfibriladores que Batega instala en comunidades de vecinos son potencialmente máquinas que podrían ser utilizadas por cualquier persona, puesto que disponen de un sistema de guiado por voz, lo cierto que contar con una formación básica del personal que pudiera ser responsable, aumenta eficazmente las posibilidades de hacer una intervención eficaz en caso de episodio cardiovascular.
No obstante insistimos en que nuestros aparatos desfibriladores pueden usarse eficazmente parte de cualquier persona incluso no formada, gracias a la guía por voz.
El mantenimiento
Otro de los factores clave para la instalación de un desfibrilador en una comunidad de vecinos es el matenimiento eficaz para asegurar que el desfibrilador siempre está en condiciones de operatividad. Batega incluye un contrato de revisión y mantenimiento de nuestros aparatos integral que además lo ofrecemos junto con la financiación y la formación en un cómodo pack por un sencilla cuota mensual.
Si desea ampliar información, no dude en ponerse en contacto con nosotros.
Por muy poco se puede salvar mucho. Ayúdenos a evitar lo inevitable.