Murió «de repente» es la forma más habitual de decir que una personas falleció por muerte súbita. Para prevenir este fatal desenlace no sólo hace falta mantener hábitos saludables y evitar los factores de riesgo. Los cardiólogos subrayan la importancia de estar preparados para actuar cuando esto ocurra. En el mundo del deporte, uno de los ámbitos en los que se registran más muertes por esta causa, una de las medidas a adoptar sería instalar desfibriladores que permitan reanimar a los afectados. Según un estudio presentado en el marco del Congreso Europeo de Cardiología, la instalación de estos aparatos en las instalaciones deportivas podría evitar en un 40 por ciento de casos la muerte súbita de personas que practican deporte.
El estudio analizó la relación entre muerte súbita y deporte en 404 personas con una edad media de 47 años y que en el momento de la muerte llevaba a cabo una actividad física intensa en el 40 por ciento de los casos.
El trabajo reveló que solo un 28 por ciento de los fallecidos tenía algún factor de riesgo o patología coronaria conocida y que en la mayoría de casos la arritmia que causó la muerte -recuperable en un 40 por ciento de los afectados- se había producido en una instalación deportiva.
Reducir el riesgo a la mitad
En el marco del Congreso se presentó otro estudio que revela que la práctica habitual de ejercicio reduce a la mitad el riesgo de infarto de miocardio y de ictus (infarto cerebral).
También se puso de manifiesto que en España el 55% de la población adulta declara no realizar ninguna actividad física en su tiempo libre y se recomendó esa práctica o «al menos caminar a paso vivo entre 20 y 30 minutos al día». Por otro lado, los cardiólogos desaconsejaron el uso de la aspirina como prevención primaria en la aparición de las enfermedades cardiovasculares.