Fecha: 27/11/2017
Fuente: BBC WORLD
A pesar de que cada vez hay más desfibriladores en lugares públicos, mucha gente no tiene la suficiente confianza en sí misma para darle a alguien que sufre un parada cardíaca la descarga eléctrica que puede salvarle la vida.
Pero los desfibriladores semiautomáticos dan instrucciones en audio, simples y claras, explicando cómo deben ser utilizados, de manera que cualquiera puede usarlos en una emergencia.
Aún así, un informe internacional reciente reveló que la mayoría de la gente no se atreve ni a intentarlo: muchos no saben qué son ni donde están, tienen miedo de empeorar la situación del paciente o piensan que solo los médicos pueden operarlos.
Christopher Smith, investigador de la Universidad de Warrick, en Reino Unido, le dijo a la BBC que a menos del 5% de los pacientes que sufren paradas cardíacas se les aplica un desfibrilador, según varios estudios internacionales.
Pero Smith, que además trabaja como médico de urgencias, cree que muchas más personas se podrían beneficiar de los desfibriladores en lugares públicos.
«Es lo que ocurre en esos primeros minutos tras una parada cardíaca lo que tiene un mayor impacto para la supervivencia de un paciente», dijo Smith, «no lo que puedan hacer después los equipos médicos».
Según estudios internacionales, la tasa de supervivencia tras una parada cardíaca es de un 10%. Pero si se utiliza un desfibrilador esa probabilidad se duplica, hasta un 25% aproximadamente, según Smith.
«Es la máquina la que decide»
En una situación de emergencia lo primero es pedir ayuda de los servicios médicos. Pero mientras llegan, la actuación del público general es clave para salvar vidas.
Es el desfibrilador semiautomático el que analiza si el paciente necesita una descarga o no: no es una decisión que recae sobre el público.
El médico dice que ante una parada cardíaca, lo primero es administrar reanimación cardiopulmonar (RCP). Mientras, otra persona puede ir a buscar un desfibrilador.
Las instrucciones «las puede seguir cualquiera, incluso si no han tenido formación alguna sobre cómo usarlo».
Con los desfibriladores semiautomáticos «es la máquina la que decide si debe o no dar una descarga eléctrica, y no permiten invalidar esa decisión», explicó Smith, así que no es posible darle a alguien una descarga eléctrica que no necesita.