Fuente: Malaga Hoy | 01.12.2011
Ante una emergencia hay que hacer tres cosas: proteger (P), avisar (A) y socorrer (S). Por si alguien duda, se puede memorizar como código PAS. Lo primero es asegurarse que tanto la persona como quienes van a ayudarla están en un lugar seguro. Luego hay que comprobar si está consciente y si respira. En caso negativo, avisar al 061 e iniciar las maniobras de RCP, esas en las que se presiona con las manos a la altura del esternón.
La técnica requiere su aprendizaje y varía según se aplique en niños o en adultos, pero no es imposible de aprender para un ciudadano de a pie. Olga Jiménez, enfermera del 061, contó dos casos reales. Uno, el de un hombre de 40 años, con parada cardiorrespiratoria al que un farmacéutico le hizo RCP mientras llegaba la ambulancia. Sobrevivió. Otro, un varón de la misma edad que no tuvo quien lo socorriera hasta que llegó la UVI móvil. Aunque los sanitarios lograron sacarlo de la parada, quedó en muerte cerebral y falleció a los dos meses. Con esos ejemplos, Jiménez intentó concienciar de la importancia de que la población esté formada para dar una asistencia básica mientras llegan los servicios de emergencia, una asignatura que en estas latitudes la sociedad aún tiene pendiente.
Cada 20 minutos una persona sufre en España una parada cardiorrespiratoria y cuatro de cada cinco ocurren fuera de un hospital. Con estos datos, está claro que la formación de la población en resucitación cardiopulmonar (RCP) es imprescindible para salvar vidas. Ayer, el 061 impartió un curso a una veintena de personas para que sepan cómo actuar ante una emergencia. Desde que se puso en marcha esta iniciativa en 2006, ya ha formado a unos 1.600 malagueños.