El fallecimiento de Urtzi Gurrutxaga ha avivado el interés ciudadano por la instalación de estos aparatos en los centros donde se practica deporte y se han recogido 10.000 adhesiones.
Fuente: eldiarionorte.es 17/02/2014 – 19:52h
Urtzi Gurrutxaga tenía solo 26 años cuando falleció de manera casi fulminante por un infarto. Todo ocurrió el pasado día 2 de febrero mientras jugaba un partido de fútbol con el Tolosa, en la categoría de División de Honor Regional de Gipuzkoa. Primero fue un mareo, después se cayó al suelo y se acabó. Su muerte ha vuelto a avivar el interés ciudadano por la instalación de desfibriladores automáticos en los centros donde se practica deporte. Un aparato que ayuda a recuperar las constantes vitales después de una parada cardiorrespiratoria mediante una descarga eléctrica y que puede ser utilizada sin necesidad de ser sanitario. Tal vez el uso de este aparato tampoco hubiera ayudado a salvar la vida de Urtzi o tal vez sí. Su hermana Enetz Gurrutxaga ha iniciado una campaña ciudadana para recabar firmas en apoyo de la instalación de desfibriladoresautomáticos en todos los centros deportivos públicos del País Vasco. Su petición a través de la plataforma change.org ya ya recabado la adhesión de más de 10.000 personas.
En Euskadi, la legislación permite desde 2005 al personal no sanitario utilizar desfibriladores automáticos. Se trata de que cualquier ciudadano pueda usar esta máquina, cuya principal virtud reside en que si se hace a los pocos minutos de producirse el infarto puede ayudar de manera notable a salvar la vida.
«Loque le sucedió a mi hermano», recuerda Enazt Gurrutxaga en la que carta que ha escrito en demanda de apoyo, «fue una desgracia sin culpables. Un fatal accidente que, sin embargo, ocurre en campos y categorias de toda España.Y queremos hacer algo para evitarlo. Por eso la familia hemos iniciado esta petición para que todos loscampos de fútbol e instalaciones deportivas públicas del País Vasco cuenten conun desfibrilador automático».
«Todos coinciden, añade, «en que para sobrevivir a una parada cardíaca es clave el tiempo de reacción. Por eso creemos que si el Gobierno del País Vasco y las diputaciones se encargasen de que todos sus centros deportivos contasen con un desfibrilador y formación correspondiente para el uso de estos aparatos, podríamos evitaro minimizar que haya más casos como el de mi hermano Urtzi».